lunes, 26 de abril de 2010

A las mujeres de hoy día aún se nos pide que nos esforcemos en salvar el abismo de la ignorancia masculina y eduquemos a los hombres para que aprendan a reconocer nuestra existencia y nuestras necesidades. Todos los opresores se han valido siempre de esta arma básica: mantener ocupados a los oprimidos con las preocupaciones del amo.


"La hermana, la extranjera", Audre Lorde

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