domingo, 23 de octubre de 2011

Esta puente, mi espalda.

"Estoy harta,
Enferma de ver y tocar
ambos lados de las cosas,
Enferma de ser la condenada puente de todos.

Nadie
Se puede hablar sin mi
¿No es cierto?

Explico mi madre a mi padre mi padre a mi hermanita
Mi hermanita a mi hermano mi hermano a las feministas blancas
Las feministas blancas a la gente de la iglesia negra
Los ex-jipis a los separatistas Negros a los artistas
Los artistas a los padres de mis amigos

Después
tengo que explicarme a mi misma
a todos

Hago más traducciones
Que las malditas Naciones Unidas

Olvídense
Me enferman

Estoy enferma de llenar sus huecos

Enferma de ser su seguro contra
El aislamiento de sus autoimpuestas limitaciones
Enferma de ser la loca en sus cenas festivas
Enferma de ser la rara en sus meriendas del domingo
Enferma de ser la única amiga Negra de 34 individuos blancos

Encuentrense otra conexión al resto del mundo
Encuentrense otra cosa que los legitime
Encuentrense otra manera de ser políticas y estar a la moda

No seré su puente a su feminidad
Su masculinidad
Su humanidad

Estoy enferma de recordarles que no
se ensimismen tanto por mucho tiempo

Estoy enferma de mediar sus peores calidades
de parte de sus mejores

Estoy enferma
de recordarles
que respiren
antes de que se asfixien
con sus propias tarugadas

Olvídense
crezcan o ahoguense
evolucionen o mueranse

La puente que tengo que ser
es la puente a mi propio poder
Tengo que traducir
mis propios temores
Mediar
mis propias debilidades

Tengo que ser la puente a ningún lado
más que a mi ser verdadero

y después
seré útil."


Kate Rushin,
El poema de la puente.

Feminismos disidentes de América Latina y el Caribe.

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